Cuando llega la noche, como en un cuento, todo se transforma, y el público que visita los bares de la zona desconoce, (probablemente como yo misma hace algún tiempo), que guarda muchos tesoros ocultos, dignos de ser visitados por el día.
Comenzando en la Plaza de Puerta de Moros, nos hemos adentrado en el laberinto de calles, admirando sus casas, sus antiguos palacios, sus iglesias, sus restos de muralla cristiana, sus plazas, todos ellos cargados de historias y leyendas. Y... para colofón: la magnifica y bellísima "Capilla del Obispo", el único lugar donde se conserva el estilo arquitectónico del gótico madrileño.
¡Hemos disfrutado mucho con este recorrido!
También el día soleado de principio de la Primavera nos ha acompañado, pero sobre todo el entorno privilegiado de un Madrid escondido.